Fue anunciado como la batalla de los veinteañeros, pero Carlos Alcaraz superó a su amigo de la infancia Holger Rune, apagando el fuego artificial del danés para alcanzar por primera vez las semifinales de Wimbledon con una victoria de 7-6 (3) 6-4 6-4 el miércoles. Los dos novatos nacidos a seis días de diferencia se disputaban una cuarta ronda de Wimbledon masculina que por primera vez en la era profesional contaba con dos jugadores menores de 21 años.
Fue promocionado como la batalla de los 20 años, pero Carlos Alcaraz superó a su compañero de la infancia Holger Rune mientras él apagaba los fuegos artificiales del danés para alcanzar por primera vez los semi-finales de Wimbledon con una victoria de 7-6(3) 6-4 6-4 el miércoles.
Los dos tyros que nacieron a seis días de distancia estaban disputando una cuarta ronda del torneo de Wimbledon masculino que por primera vez en la era profesional contaba con dos jugadores de menos de 21 años. A pesar de su juventud, Alcaraz ya está en su elemento entre la élite del tenis masculino y mostró el nivel que le llevó a la cima de las clasificaciones al no permitir a Rune que tomara la ventaja, por más impactantes golpes que conjurara.
Después de salvar un punto de rotura en el juego de apertura del partido, Alcaraz realizó una majestuosa actuación frente a la Reina Camilla de Gran Bretaña para acabar con las esperanzas de Rune de convertirse en el primer jugador danés en 65 años en llegar a las semifinales del Club All England. Sin duda, Rune ganó la mayoría de los puntos de alegría de la multitud, ya fuera un tweener entre las piernas o un estupendo remate de reflejos que golpeó en la red después de que Alcaraz había regresado a la línea de base para recuperar un lob.
Pero el español, ya miembro del club de los ganadores de Grand Slam tras triunfar en el Abierto de Estados Unidos el año pasado, se negó a desesperarse y siguió ganando los puntos que importaban. Después de que Alcaraz fallara en convertir sus primeros tres puntos de partido, incluyendo producir un doble fallo en uno de ellos, selló una semifinal con el tercer semilla ruso Daniil Medvedev cuando Rune envió un retorno de servicio al largo.
Después de compartir un cálido abrazo en la red, el español se recostó y lanzó un poderoso rugido al cielo – mostrando cuánto significaba esta victoria para él.
